Se sabe que si
la 12 sigue adelante como escuela se debe fundamentalmente a los esfuerzos de sus integrantes. Salvo alguna
honrosa excepción hemos visto desfilar por nuestra escuela:
directores, inspectores y hasta punteros
políticos que no dieron soluciones sino
mas bien vienen siendo fuente de nuevos problemas. Lo cierto es que algo viene permaneciendo y
es una solidaridad y un compromiso que no abundan en otras. Hoy se nos impone una nueva situación
que (en otra época sería
impensable) es que una gran cantidad de
compañeros no están cobrando. Algo que pasa con especial intensidad en Tigre
pero esta generalizado a toda la
provincia.
¿Dónde estamos
parados?
En buena parte
de las escuelas el asunto del paro no se
discute. Hace unos años el sindicato
docente para dar cuenta de la efectividad de la medida publicitaba un afiche que
mostraba un aula vacía con las sillas sobre los bancos. No es una foto que nos provoque alegría, no es
esa foto en la que queremos salir. En estos días arde el debate por whatsapp entre los docentes de la escuela ,
algunas se preguntan si es necesario que paro signifique “no hacemos nada”. Es
cierto que se convocan marchas, piquetes y hasta escraches pero también es
cierto que estas medidas que son
necesarias están siendo insuficientes.
Esta faltando algo que hizo triunfar luchas anteriores y es la presencia
más amplia de la comunidad. En la escuela hemos hecho en el pasado asambleas
con los estudiantes frente a distintos problemas. Parece ser esta la
oportunidad de volver a caminar caminos que se han demostrado exitosos en
nuestro pasado reciente. Hay oportunidades para reeditar esto. Hay una convocatoria para el lunes según se chusmea en los corrillos
digitales e incluso hay también una jornada institucional para el viernes que
incluye a padres y estudiantes. El conflicto va para largo, la mayoría de los
compañeros siguen sin cobrar, podemos hacer de los encuentros de esta semana
una oportunidad para generar cambios.
Aulas virtuales,
contingencias pedagógicas.
A la situación
real del no cobro el gobierno responde alegremente con sus planes de
contingencia virtuales. No dudamos que
en el caso de una escuela de isla donde las clases se ven comprometidas por los
humores del río, esta pueda ser una herramienta a explorar (aunque habría que
tener en cuenta que la conectividad a internet en la isla es reducida). Pero
que llamen contingencia al no pago de salarios suena a cinismo. Algunos
académicos dan por terminada la escuela presencial y entienden que el futuro
está en la educación a distancia. Algo
de esto venimos sospechando con la proliferación de planes Fines, Coas y demases. La
rica historia de las luchas docentes es
también ocasión de recordar alternativas. Durante la larga huela del 2001 hubo
ocasiones en que hartos de las aulas vacías, algunas escuelas probaron dar
clases públicas en la calle con la asistencia de padres y estudiantes. Claro que no eran clases comunes sino que se
trataba de pensar que pasaba con la economía de un país que no tiene como
prioridad el pago de los salarios. Ahí aprendíamos que nuestra situación docente
se prolongaba en el relato de padres y estudiantes que trabajaban en negro y que tenían en la escuela la oportunidad de
tener el titulo que los sacara de esa condición. Imaginamos que no vamos a
cortar la calle pero no estaría nada mal pensar con nuestros estudiantes y sus
padres que trabajan en esas condiciones nuestra propia situación. A principios de año se hundió una interisleña, la semana pasada
murió otro joven marinero…. Parece que
estudiantes y padres no son nada ajenos a lo que nos está pasando.