¿Qué pasa en la 12?

La 12 viene prendida fuego. Hay reuniones en la sala de profesores , en las puertas de los salones, hay celulares que arden y delegaciones sindicales en la estación fluvial. Whatsapp!! Qué nos esta pasando? Las pasiones están exaltadas y la reflexión no es lo que abunda. Nos pareció entonces volver a convocar este medio de difusión con el espíritu de darnos un espacio para pensar nuestra actividad en estos acelerados tiempos donde el nuevo gobierno ajusta la señal también en los canales educativos. AHORA 12 como siempre espera tus comentarios y colaboraciones.

jueves, 25 de agosto de 2016

Hay que hacer algo

“Hay que hacer algo” dice el de Inglés visiblemente preocupado “No queda nadie en esta escuela”.  A su lado pasa la de Informática y comenta algo acerca de que si nos quedamos quejando no solucionamos nada.  Todo esto sucede en un pequeño cuarto donde conviven libros y computadoras en desuso, mas precisamente alrededor de una mesa repleta de planillas.   Escenas similares se repiten en el comedor y en el muelle.  Y es que los pibes que bajan de las lanchas son cada vez menos, la 12 decrece por goteo.

“Me tuve que quedar a cuidar a mi hermanito que tiene culebrilla” dice con lagrimas en los ojos una estudiante cuando lo ve venir.   La escena le parte el alma al de Ingles que finalmente se decidió y aprovechando una hora libre le propuso al lanchero que lo acerque a la casa de la estudiante de Adultos que hace rato que no venia.  Luego de caminar unos 200 metros por la orilla del arroyo Candioti y esquivar con hidalguía el ataque de un perro que luego sabrá se llama Orense, nuestro héroe aplaude en la única casa que parece habitada en la zona y la estudiante lo recibe.  “ Y entonces lo estaba por llevar a la curandera”  agrega ella que estaba en Tercer año de Adultos y hace 2 meses que no viene.   Luego de obtener repetidas promesas de que volverá a la clase, el de Inglés se declara satisfecho y vuelve rumbo a la lancha pensando en que Orense intentara atacarlo de nuevo.

Ahora lo podemos ver en un muelle frente al San Antonio y vemos que una estudiante visiblemente nerviosa le da explicaciones.  Si nos acercamos escuchamos que le explica que dejo de venir por un trabajo pero que ahora que lo perdió piensa volver.  “Y por qué no venías antes?” pregunta el profe y en un susurro ella le dice que nunca tenía clase.

En estos días estamos saliendo a buscar estudiantes perdidos por razones que son variadas pero que no nos sorprenden .La miseria creciente y  el descuido en el que hace unos años nos vemos envueltos en la escuela vienen desdibujando el proyecto que le da aliento.   Sabemos que son unos cuantos los preocupados que se juntan y que como en otras ocasiones, algo están planeando.